La deshidratación mecánica reduce la huella de carbono y los costes de funcionamiento de las centrales eléctricas
La deshidratación mecánica es una solución muy rentable para las instalaciones de producción, que permite un mayor aprovechamiento de los materiales y menores emisiones nocivas.
La deshidratación mecánica de diversos tipos de biomasa reduce el contenido de agua y aumenta el valor calorífico. Las biomasas más secas y energéticamente eficientes reducen la necesidad de combustibles auxiliares, de modo que se reducen considerablemente los costes de funcionamiento de la planta de producción y la huella de carbono.



